Las compañías de paquetería calculan la tarifa de cada envío no solamente en base a su peso real, sino también a su volumen. Por lo tanto, cada centímetro cúbico que dejamos sin rellenar nos está suponiendo un coste que, a todas luces, es innecesario. El gasto logístico se dispara, por ello para evitarlo es importante reducir el tamaño del embalaje. Y aquí vamos a presentar algunas recomendaciones para conseguirlo.
CLAVES A TENER EN CUENTA DURANTE EL EMPAQUETADO
El primer paso que debemos dar es el de realizar una auditoría de los envíos que hacemos y las cajas de embalaje que utilizamos en el empaquetado de productos. Es aconsejable analizar las características de las mercancías (peso, tamaño, naturaleza, etcétera), así como el tamaño y la tipología de las cajas de carton y los materiales usados para el relleno.
Con los datos obtenidos llega el momento de optimizar nuestro sistema de empaquetado, ajustando para ello el embalaje a la mercancía que vamos a enviar. Debemos valorar si nos conviene utilizar cajas de cartón de canal simple, de canal doble, cajas personalizadas, ajustables o de altura adaptable, etcétera.
O quizás nos venga mejor emplear sobres acolchados o rígidos, bolsas o sobres de cartón rígido o bolsas Courier si tenemos que empaquetar objetos de pequeñas dimensiones. La clave está en identificar el patrón definitorio a seguir para, en adelante, ajustar adecuadamente las medidas de nuestros nuevos embalajes.
IMPLICAR A TODA LA COMPAÑÍA EN LA REDUCCIÓN DE LAS CAJAS DE EMBALAJE ES FUNDAMENTAL
El proceso de reducción del tamaño de las cajas de embalaje ha de ser participativo ya que, de lo contrario, podemos fracasar de manera estrepitosa. Es fundamental implicar a todas las áreas de la empresa para conseguir que dicho proceso no entorpezca el desarrollo de otras tareas internas, ni tampoco empobrezca la experiencia de compra de nuestros clientes.
Por ello, los departamentos de producción, marketing, atención al cliente y logística y transporte han de trabajar codo con codo y sostener una comunicación constante y fluida. Entre todos han de decidir los cambios que se van a aplicar para reducir el tamaño del embalaje.
Una vez dado este paso, antes de aplicarlos a toda la cadena de producción debemos hacer pruebas a pequeña escala mediante un envío reducido de pedidos. Tendremos que chequear si el nuevo empaquetado es resistente y llega a su destino en perfectas condiciones y si la experiencia del usuario en el momento del unboxing (desempaquetado) sigue siendo igual de positiva.
LA IMPORTANCIA DE CONTAR CON UN PROVEEDOR DE EMBALAJE FLEXIBLE
Una vez que obtengamos una respuesta adecuada, el paso final será introducir el nuevo método de trabajo en nuestra rutina diaria. Con la certeza de que estamos haciendo las cosas bien, pronto comenzaremos a notar que los costes en logística bajan considerablemente y, por lo tanto, nuestra empresa empieza a ser más rentable.
Es de vital importancia contar con un proveedor de embalaje flexible que nos genere confianza y que tenga la capacidad de satisfacer nuestra demanda a tiempo. Un partner que esté a la altura de las circunstancias y que nos ayude a conseguir nuestros objetivos sin comprometer la calidad de nuestros envíos.
Cada paquete que mandemos cuyo embalaje se haya reducido nos estará haciendo ganar dinero. Por lo tanto, es conveniente que pongamos en práctica estos consejos con celeridad y determinación.