¿Os imagináis poder saber si aquel cartón de leche ha caducado al ver únicamente el color del envase exterior?
El investigador chino Chao Zhang se ha atrevido a crear una etiqueta de gel programada para evitar el deterioro ambiental de productos alimentarios e incluso medicinales.
Este invento puede ser un gran avance para el sector del food packaging o, lo que es lo mismo, en los embalajes destinados a la alimentación. El invento consistiría en la creación de una etiqueta que cambiaría de color para alertar del posible mal estado de un alimento. De esta manera, se podría evitar un mal consumo de un alimento perecedero e incluso evitar una intoxicación alimentaria al alertar al consumidor del posible deterioro del producto.
Otra de las ventajas con las que cuenta esta etiqueta es la información respecto a los procesos de embalaje y distribución del envase, pudiendo determinar si las substancias de un alimento se han visto alteradas al producirse cambios bruscos de temperatura que puedan haber dañado la calidad del producto. De esta manera, los supermercados y el consumidor final pueden determinar si ha habido alguna alteración en los procesos de la cadena alimentaria.
Códigos de Colores
Según las primeras informaciones, las etiquetas serían del tamaño de un grano de maíz y contarían con un sistema de colores parecido al de los pasos de los semáforos (rojo- anaranjado-verde).
Las etiquetas, que también pueden personalizarse para una variedad de otros alimentos y bebidas, contienen diminutos nanorods metálicos que, en las diferentes etapas y fases, pueden tener una variedad de colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta, según Zhang.
¿Cómo funcionan estas etiquetas? Gracias al cloruro de plata y la vitamina C y las reacciones que generen con el producto se podrá determinar el deterioro o mal estado de un alimento.